Esas tres palabras, aunque en si sean una sóla, resumen a la perfección una filosofía de vida capaz de encandilar y hacer ver las cosas dese un punto de vista diferente a todo aquel que se deje arrebatar por ella, posee un nosequé que queseyó digno de toda una tésis doctoral...
En los últimos años de mi vida, la música ha estado presente todos y cada uno de esos días que han transcurrido, algo más que un hobby que me hizo lanzarme en su momento a formar parte junto con enormes amigos del desaparecido coro del I.E.S Francisco Pacheco, dentro del cuál comenzó a fraguarse entre unos cuantos majaras y a raíz de varias circunstancias el conjunto de los "Amigos del Vaso", no si habrán oído hablar de el alguna vez...
Lo cierto es que pocas cosas reconfortan tanto, como reunirte con unos amigos a la caída de la tarde en torno a dos guitarras y un cajón para contarnos como nos ha ido el día, para opinar sobre temas de la actualidad, para rajar de fulano y de mengano, pero sobre todo para cantar, cantar entre risas, entre la visita de quién pasa por la calle, nos escucha y quiere venir a saludar, entre amig@s que quieren pasar ese rato escuchando rumbas y sevillanas, entre un ambiente que te hace sentir especial durante una horita, horita y pico.Todo eso para dar después el callo en el tablao, y hacer pasar a la gente un ratito de categoría, porque al fín y al cabo ese es nuestro objetivo, disfrutar haciendo disfrutar.
Por todas estas cosas y alguna que otra más, espero que la música siga presente en mi vida y en la de mis amigos durante muuuuuchos años más, porque pocas cosas deseamos tanto como cantar, cantar y cantar.
En los últimos años de mi vida, la música ha estado presente todos y cada uno de esos días que han transcurrido, algo más que un hobby que me hizo lanzarme en su momento a formar parte junto con enormes amigos del desaparecido coro del I.E.S Francisco Pacheco, dentro del cuál comenzó a fraguarse entre unos cuantos majaras y a raíz de varias circunstancias el conjunto de los "Amigos del Vaso", no si habrán oído hablar de el alguna vez...
Lo cierto es que pocas cosas reconfortan tanto, como reunirte con unos amigos a la caída de la tarde en torno a dos guitarras y un cajón para contarnos como nos ha ido el día, para opinar sobre temas de la actualidad, para rajar de fulano y de mengano, pero sobre todo para cantar, cantar entre risas, entre la visita de quién pasa por la calle, nos escucha y quiere venir a saludar, entre amig@s que quieren pasar ese rato escuchando rumbas y sevillanas, entre un ambiente que te hace sentir especial durante una horita, horita y pico.Todo eso para dar después el callo en el tablao, y hacer pasar a la gente un ratito de categoría, porque al fín y al cabo ese es nuestro objetivo, disfrutar haciendo disfrutar.
Por todas estas cosas y alguna que otra más, espero que la música siga presente en mi vida y en la de mis amigos durante muuuuuchos años más, porque pocas cosas deseamos tanto como cantar, cantar y cantar.
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